Sobre una colina amarilla
hace mucho tiempo
hubo un castillo,
ahora son ruinas
y los ojos no recuerdan
los días que fueron
de verde esplendor,
los sueña,
y al soñarlos
los inventa.
En aquella alcoba
un haz de luz se colaba
y tú, niño, crecías,
soñando tal vez,
los ojos de hoy.
martes, mayo 30, 2006
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